jueves, 19 de junio de 2008

Y de pronto Cristina citó a Marx...


El cuento es más o menos así. Marx escribe al inicio de su 18 Brumario de Luis Bonaparte (una frase que a su vez obtuvo de Hegel): “todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen o suceden dos veces. La primera, como una tragedia; la segunda como una farsa”.
Mas adelante en su famosa tesis política, cita algunos ejemplos de personajes contiguos a la época, con la finalidad de validar esta inusual proposición: Caussidière por Dantón, Luis Blanc por Robespierre y más importante, el sobrino por el tío... refiriéndose por supuesto al linaje napoleónico. De esta forma, Marx retrata las bases de su teoría de clases con una excelente aplicación del materialismo histórico y detalla así las complejas dinámicas del cambio social dentro de este paradigma dialéctico.Reflexionando un poco sobre esta idea y después de sobrevivir un ataque de incredulidad, me di cuenta de que ciertamente esto parece ser cierto.

Por un momento empezaron a surgir datos reveladores sobre este tipo de eventos, extraídos inicialmente de la vida personal: la insoportable miseria del primer amor, la pérdida fatal del perro, el final de esa excelente temporada de fútbol, la despedida en un concierto y sobre todo la enorme desilusión de la segunda vez, del reencuentro, de la repetición.
Sin embargo, las aplicaciones más interesantes se sitúan en el contexto político actual. En especial, me pregunto si existe algo que pueda decir esta regla sobre el aparente resurgimiento de las ideologías y doctrinas socialistas en América Latina. En este caso, ¿Cuál es la farsa y cual es la tragedia?

Hoy Martín Caparros en diario Crítica dijo:
Anteayer, en la plaza, tras nombrar madres y abuelas, dijo (refiriéndose a Cristina) que quería que advirtiéramos que “si la historia primero fue tragedia hoy se repite como comedia”. No es poco, tener una presidenta que cita a Carlos Marx. Aunque la señora presidenta haya citado su cita más citada –su epígrafe del 18 Brumario de Luis Bonaparte–, pero mal: “Los grandes hechos y personajes de la historia suceden dos veces, primero como tragedia y después como farsa”, escribió el alemán, y no, como dijo la señora, “como comedia” que, como ella sabe, no es lo mismo. Farsa, dice la Real Academia, es “un enredo, trama o tramoya para aparentar o engañar”. Quién sabe por qué no quiso hablar de farsas en un acto con todos los rasgos farsescos del peronismo actual –los asistentes mercenarios y despolitizados, la desconexión entre oradores y público, la ausencia de consignas compartidas–: el simulacro de un acto político, una escenografía para darle más fuerza a una cadena nacional.Pero su mecanismo es el mismo que el de su señor marido: allí donde el señor reprocha a Clarín que haya hecho lo mismo que él, la señora cita a Marx para defender su gobierno capitalista –del famoso capitalismo de amigos, que ni siquiera Marx supo definir en su momento. La verdad, hay días en que los escucho y me sube la mostaza. ¿Será posible que nos sigan tomando por tarados? ¿Por nabos a los que se les puede decir cualquier verdura? ¿Por desmemoriados descerebrados desechitos?

Digo: en honor a la famosa Memoria, ¿sería posible que se callaran la boca? En honor a la memoria que nos ayuda a recordar que ustedes, señores K., durante la dictadura vivían en Río Gallegos, pueblo chico, donde todos saben quién es quién, y se dedicaban a ganar mucha plata ejerciendo lo más indigno del capitalismo –el préstamo hipotecario– mientras los militantes que ustedes ahora ensalzan morían peleando contra el capitalismo. En honor a la Memoria que nos ayuda a recordar que ustedes participaron en la entrega del petróleo –y recibieron muy buen pago por ella–, mientras algunos otros, pocos, hacían lo que podían por impedirla: eran las épocas en que usted, señor, decía que Menem era “el mejor presidente de la Argentina desde Juan Perón”, cuando manejaba su provincia cual campito y todavía no había empezado a despotricar contra los noventas como esa época negra que, en efecto, con su ayuda, fue.En honor a la Memoria –a la nuestra, a la que los recuerda–, por su honor –si les importa–, ¿no podrían dejar de hablar de todo eso, de los años setentas, de los años noventas? Ustedes hicieron lo que hicieron, y ni siquiera es tan grave. Al fin y al cabo, la Argentina está llena de personas que hicieron lo mismo: supongo que por eso los votaron a ustedes. Lo que hicieron –hacerse los osos cuando los militares, apoyar al gobierno de Menem–, ni siquiera da para condenarlos, pero sí para pedirles que por favor, por honor, por pudor, no hablen más de esas cosas, no nos ofendan con memorias falsas. Seguro que si buscan otros temas los encuentran: la Argentina es un país tan generoso, tan sediento. Por favor, tómense el trabajo. O sigan creyendo que somos todos pelotudos, y paguen el precio que suele cobrar esa creencia.

http://www.criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=5983

Que tal???, por las dudas les recuerdo que quien dice esto era hasta hace poco, muy poco, colaborador habitual del diario Pagina 12. Lo cual nos esta diciendo algo, no?.

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